La comunicación es algo intrínseco en la vida del ser humano, desde el bebé que llora para comunicar que tiene hambre, hasta lo que compartimos en redes sociales, todo el tiempo estamos ejerciendo algún tipo de comunicación, aún y cuando no sea nuestra intención, ya que se nos olvida a veces que aunque no digamos nada, nuestros gestos, nuestras acciones, las pausas que hacemos al hablar, entre otros elementos, están expresando algo, por lo que es importante identificarlos para tener una comunicación más efectiva.
Comencemos con la forma de comunicación más sencilla, la comunicación verbal. Es aquella donde se hace uso de palabras para formar ideas que se pueden transmitir de manera hablada o escrita. Es decir, tener una conversación, dar un discurso, o leer una noticia en internet, todas forman parte de la comunicación verbal.
Ahora bien, la comunicación verbal oral, se complementa con otro elemento de la comunicación que es raramente reconocido: el paralenguaje. Dentro de este se consideran elementos como el volumen de la voz, la entonación, las pausas y la velocidad con la que hablamos. Una maestra de preescolar por ejemplo hablará a sus alumnos de una manera más dulce y pausada, mientras que una maestra de nivel universitario probablemente no se preocupe por suavizar su voz ni hablar más despacio para que sus alumnos la entiendan.
Otro ejemplo claro del buen uso del paralenguaje es el que observamos en los discursos políticos, donde podemos escuchar al hablante alzar la voz con un tono más severo cuando se trata de hacer una crítica o realizar una demanda, y ser más armonioso cuando se dirige al público en general, o los votantes. Otro elemento común son las pausas o silencios estratégicos que se realizan para enfatizar una idea, o darle tiempo de que se asiente en la mente de la audiencia.
A estos tipos de comunicación se les suma la comunicación no verbal, que envuelve gestos, expresiones faciales, miradas, movimientos corporales entre otros. Es básicamente lo que no decimos con palabras pero lo expresamos con nuestro cuerpo. Por ejemplo, un niño puede identificar cuando va a ser regañado por su madre con solo ver el gesto en su rostro, sin siquiera haber escuchado una sola palabra. Este tipo de comunicación muchas veces puede llegar a tener un mayor impacto que la comunicación verbal, ya que nuestra mente puede “leer” las expresiones corporales más rápido de lo que analiza las palabras. Un policía por ejemplo, puede identificar cuando un sospechoso esconde algo (aun y cuando éste le diga lo contrario) porque mueve sus manos o pies ansiosamente, le tiembla la voz o esquiva la mirada, es decir su comunicación verbal y no verbal están transmitiendo ideas opuestas, lo que demuestra que algo no anda bien.